Un estudio publicado en la revista Internacional Journal of Design and Nature and Ecodynamics parece demostrar lo que vemos cada cuatro años en olimpiadas y mundiales, las personas negras ganan más en atletismo mientras las blancas ganan en natación.
Según los investigadores, dirigidos por el profesor Adrian Bejan, las personas negras cuentan con mayor proporción de fibra muscular y mejor adaptada a una reacción explosiva que para el esfuerzo continuo que necesita la natación. También su tejido óseo es más denso, algo que los hace más pesados en el agua. Las extremidades y los miembros son más largos y por tanto con menos circunferencias, esto hace que su centro de gravedad sea más alto y les haga más rápidos en tierra. Mientras las personas blancas y asiáticas tienen torsos más grandes, por tanto su centro de gravedad desciende y los hace más lentos en carrera, pero más rápidos en el agua.
Los atletas negros son un 1,5% más veloces en tierra, mientras que el mismo porcentaje es para los nadadores blancos en el agua sobre los primeros. De esta forma, son favorables a las personas negras pruebas como velocidad, salto o fuerza, mientras que las personas blancas destacan en natación, ciclismo y habitualmente en tenis.