Este islote no aparece en los mapas, es fantasma, forma parte de la mitología gaélico-escocesa. Su nombre está relacionado con las lenguas célticas, “rocail” significa rugiente o rompiente. La leyenda dice que tiene que aparecer tres veces y en la tercera “Cuando Rocabarra retorne, el mundo quedará arruinado”, o sea final apocalíptico.
Pero este islote ha sido confundido frecuentemente con la pequeña isla Rockall, situada en pleno Océano Atlántico Norte, de escasa longitud y en los límites de varios países que se disputan su posesión para la posterior explotación de sus recursos minerales. Esto le sucedió a Martín Martín quien, en 1716, aseguró haber encontrado la isla fantasma de la mitología escocesa, en su visita a Santa Kilda pero en realidad era Rockall. Sin duda forma parte de ese grupo de lugares místicos y míticos que nos describe buena parte de la literatura como la Atlántida, Las islas Afortunadas, Avalon, etc.