Los chicles, caramelos, etc. de menta provocan una sensación refrescante en la boca o incluso en el pecho y esto se debe a una razón. El uso del mentol se extrae del aceite de menta o sintéticamente a base de timol, que es la esencia del tomillo.
La función del mentol es activar los receptores de frío que tenemos en la piel cuando es inhalado, ingerido o aplicado sobre la misma. Esta señal llega al cerebro que es engañado por el mentol (el eucaliptol también lo produce) haciéndole creer que la temperatura ha descendido. También tiene propiedades vasoconstrictoras en el aparato circulatorio, que ayudan a que disminuya la irritación de la laringe, faringe y de las mucosas de las fosas nasales. Gracias a ello, se produce un aumento en el tamaño de las vías respiratorias y contribuye a la descongestión del aparato respiratorio.
Otros productos como cremas, sprays que buscan calmar el dolor o rebajar inflamaciones tienen en su composición mentol, ya que la sensación de frío parece reducir las dolencias y las quemaduras.