Los metrónomos siempre han ayudado a los músicos a mantener el ritmo, pero en la obra Poème Symphonique, pasan de ser meros ayudantes, a ser los protagonistas. Se trata de una composición musical para la que es necesaria la presencia de hasta 100 metrónomos, cada uno ajustado a frecuencia distinta.

Para poner en marcha todos estos aparatos, se debe contar con la ayuda de 10 personas que a la señal del director activan el mecanismo de 10 metrónomos cada uno, intentando que sea lo más simultaneo posible. La duración final de la obra depende de la cuerda que se les haya dado a los metrónomos, que se irán deteniendo uno tras otro hasta que solamente quede uno, y después silencio absoluto. Aquí se puede ver el resultado.

Es posible que una obra tan controvertida no hubiese sido conocida si no fuese porque su compositor es György Ligeti, famoso por bandas sonoras de películas como la de 2001: Una odisea del espacio, o Eyes Wide Shut, ambas de Stanley Kubrick, entre otras.