Los premios más conocidos del cine lo tienen todo, menos un origen claro del nombre. ¿Por qué los Óscars se llaman así? Pues hay varias hipótesis pero ninguna clara o confirmada. Al principio no tenía nombre se le conocía como “El trofeo dorado”, luego la revista Variety intentó popularizar la estatuilla con el nombre “iron man” pero no tuvo éxito.
En una biografía sobre la vida de Bette Davis se afirma que la estatuilla fue nombrada Óscar en honor a su primer esposo, Oscar Nelson. Se dice que en 1932, Walt Disney, dijo sentirse agradecido a la Academia por el Óscar que ganó en ese año. Incluso parece que la secretaria ejecutiva de Louis B. Mayer, Eleanor Lilleberg, quien al ver la estatuilla dijo sorprendida: “¡se parece al rey Óscar II!”.
La más aceptada es que la bibliotecaria de la Academia, Margaret Herrick en el año 1931, exclamó al verlo: “¡Oh, pero se parece a mi tío Óscar!”. Esta anécdota se contagio a los que la conocieron y se extendió.
En 1934 tenemos la primera cita documentada, cuando Sydney Skolsky, la columnista de Hollywood, usó el término «Oscar a la mejor actriz» para referirse a Katharine Hepburn. La Academia no empleó oficialmente este nombre hasta 1939.