Oro, incienso y ¿mirra?

La mirra fue uno de los regalos que los Reyes Magos ofrecieron a Jesús de Nazaret en su nacimiento. Se trata de una resina aromática y gomosa, que al secarse forma un polvo rojo pardusco de sabor muy amargo. Proviene de un arbusto llamado Commiphora myrrha, que es común del medio oriente y Somalia.

Su valor en la antigüedad era bastante importante, ya que servía para preparar perfumes, inciensos, ungüentos y medicinas. También servía para diluir tinta, embalsamar difuntos, anestésico, estimulante y tónico. Incluso hoy en día se sigue usando como antiséptico, por ejemplo en enjuagues bucales y dentífricos.

Algunas hipótesis proponen que el regalo de la mirra por parte de los Reyes Magos, tiene un significado profético basado en el amargo final que le esperaba a Jesucristo.