Sobre el primer paseo lunar, existe una divertida anécdota, según la cual, cuando el astronauta Neil Armstrong se disponía a volver al módulo en el que había llegado, pronunció las palabras: «¡Buena suerte señor Gorsky!«. Como es evidente, los periodistas no dejaron de preguntarle, siempre que tuvieron ocasión, qué significaban aquellas misteriosas palabras, pero él se limitaba a sonreir sin responder. No fue hasta julio de 1995, cuando después de un discurso le volvieron a preguntar sobre aquello, y esta vez sí que contestó, según él, porque el señor Gorsky había fallecido ya.
Parece ser que cuando Neil Armstrong era pequeño, la pelota con la que jugaba cayó accidentalmente el en jardín de los vecinos, el señor y la señora Gorsky. Al colarse allí para recuperarla, no pudo evitar oir una conversación en la que la señora Gorsky le decía a su marido: «¿Sexo oral? tendremos sexo oral cuando el hijo del vecino se pasee por la Luna«. De ahí la frase de ánimo.
Sin embargo, toda esta historia nunca ocurrió realmente, el propio Neil Armstrong reconoció haberla oido por primera vez en 1995 cuando el humorista Buddy Hackett la contó como un chiste.