
El hombre siempre se ha preocupado por cuál es su lugar en el mundo y por delimitar el mismo a fin de conocerlo mejor. Fue Hiparco de Nicea el primero en dividir la Tierra en meridianos y paralelos, usando los conceptos de longitud y latitud.
A los trópicos se les llama de Cáncer -al norte- y Capricornio -al sur- porque desde la Antigüedad en el solsticio de verano, el sol se encontraba en las constelaciones respectivas. Pero se desplazan hacia el sur medio segundo cada año, esto hace que hoy, se produzca el solsticio, en el norte, sobre la constelación de Géminis y en el sur, sobre Sagitario.
Elegir el ecuador como paralelo de origen, por ser el mayor, fue lógico, sin embargo no se determinó ningún meridiano como principal. Hasta que llegó el acuerdo sobre un único meridiano de origen, cada nación podía elegir libremente el suyo. El resultado fue que, hasta el siglo XIX, muchos mapas del mundo no tenían coordenadas uniformes. Esto se resolvió en 1885 en Washington, cuando 25 países adoptaron un meridiano de origen oficial, el que pasa por el Real observatorio de Greenwich, en Londres (Meridiano 0), a la vez que se establecía un sistema horario universal. El meridiano 180º es conocido como La línea internacional de cambio de fecha y trazada sobre el Pacífico marca el cambio del día.