Los pozos de ratas o rat-baiting o pits, fue un entretenimiento ilegal, muy popular en la Inglaterra victoriana del Siglo XIX y principios del siglo XX; y consistía en introducir a muchas ratas en el interior de un pozo y a un perro para que las cazara. Aquel que diera muerte al mayor número de roedores en el menor tiempo posible, ganaba. Este juego se libró de la prohibición de la Ley de Crueldad contra los Animales de 1835, al convertirse en un pasatiempo de apuestas, ya que se ponía en juego importantes sumas de dinero. Finalmente en 1912, estas peleas de animales fueron prohibidas.
Hubo mucha polémica con estas competiciones, sobre todo por las enfermedades que contagiaban al morder a los perros en las peleas, así que buscaron roedores que no transmitieran enfermedades. Es por lo que surgen los cazadores de ratas (rat catcher), una profesión en alza, siendo el más famoso un ciudadano de Londres, de nombre Jack Black, quien atrapó a más de 700 ratas sanas de campo. Éste incluso se dejaba morder por ellas para demostrar que no provocaban enfermedades. La fama de Jack Black fue tal, que la mismísima Reina Victoria de Inglaterra, compraba gran número de ratas, ya que le gustaba tenerlas como mascotas.