De los grillos, esos pequeños insectos que amenizan las noches de verano con sus chirridos, puede que te interese saber que solo los machos «cantan», aunque la palabra no es exacta, ya que el sonido proviene realmente de sus alas, las cuales frotan una contra otra con la intención de atraer a las hembras. Cuando aparece una de ellas, están encantados de recibirla en su madriguera, pero son muy agresivos y territoriales, así que si lo que aparece es un macho, luchará con él violentamente hasta que se vaya.
Pero la característica más curiosa de los grillos, es que al ser de sangre fría, la temperatura ambiental afecta a su metabolismo. Cuando hace calor, su metabolismo aumenta y acelera sus movimientos, mientras que si hace frio, su comportamiento será más lento. Sabiendo esto, se puede utilizar a estos animalitos como termómetro.
A partir de 13ºC (ya que por debajo de esa temperatura no cantan), la velocidad de sus chirridos está directamente relacionada con la temperatura de una forma muy sensible. Tanto, que puede hacerse una sencilla cuenta para saber dicha temperatura de forma aproximada:
Temperatura en grados centígrados = (número de cantos por minuto / 5) – 9