Margarita es el nombre con el que, en realidad, se conocen distintas plantas. La más común en recibir este nombre, es la Bellis perennis. Se trata de una planta silvestre, muy extendida gracias a su resistencia y apreciada a efectos decorativos. También es conocida por la tradición, por parte de los enamorados, de deshojar una margarita preguntando «¿me quiere?, ¿no me quiere?» a medida que se arrancan sus pétalos.
Pues bien, las margaritas, no son realmente flores, ni lo que se le arrancan son pétalos. Lo que erróneamente consideramos una flor, es en realidad una inflorescencia, que quiere decir que son cientos de pequeñas flores completas y agrupadas entre sí.
En la margarita en concreto, hay dos tipos de flores, unas amarillas en la zona circular central y otras blancas (que son las que parecen pétalos) en la corona exterior. Cuando una inflorescencia formada por cientos de flores imitan ser una única flor, se conoce como pseudanto o «falsa flor».