
En la Iglesia de Santa María delle Grazie se encuentra esta obra representativa de Da Vinci y del Renacimiento italiano. El deterioro que sufre es porque Leonardo quiso experimentar con una solución técnica nueva. Eso, tal vez, ayuda a acumular todas las barbaridades absurdas que se han dicho, como las proporcionadas por la pseudo-literatura de best seller y otros que necesitan difamar para vender.
En primer lugar hay que decir que Leonardo utilizó modelos reales para todos sus personajes, esto descarta dos teorías. La primera que él mismo aparezca en la pintura, ya que el personaje con el que se compara es mayor que Leonardo en esa fecha. En segundo lugar, Juan, es Juan y no María Magdalena, es propio de la época representarlo muy joven, piel blanca y pelo muy largo. Recordemos que Juan siguió a Jesucristo convencido por su hermano mayor Santiago y no tenía ni veinte años.
El puñal, es la espada de Pedro que no la saca para matar o intimidar a nadie, sino para defender a Jesús del traidor. Lo esconde tras la espalda, tampoco es una mano que no pertenece a nadie como se ha dicho. Por último, el dedo apuntando hacia arriba de Santo Tomás es un motivo que se repite a lo largo de su obra, algo que sucede siempre en los autores, no es ningún código secreto para iniciados.