De la lista de torturas y ejecuciones, existe una concretamente, que podría considerarse como la peor de todas y que resulta tremendamente inhumana, se trata de la llamada Aguila de Sangre que fue utilizada por los Vikingos. Su existencia se ha conocido a partir de las sagas nórdicas en las que se describe el proceso, aunque realmente es un misterio si se llegó a practicar alguna vez, es un error de traducción, o simplemente escribieron sobre ella para atemorizar a sus enemigos.
El procedimiento consistía en tumbar boca abajo al prisionero y hacerle un corte poco profundo en la espalda, a lo largo de la columna vertebral. A través de este corte se rompían las costillas y se tiraba de ellas hacia afuera dejando visibles los pulmones. El siguiente paso, que es el que daba nombre a esta tortura, consistía en sacar los pulmones y extenderlos hacia los lados de la espalda para dar el aspecto de alas ensangrentadas. Todo esto se hacía mientras la víctima seguía con vida, y por si esto no fuese suficientemente doloroso, el paso final era arrojar sal sobre los pulmones y la herida abierta.
En la actualidad, hay un serio debate sobre si es posible llevar a cabo semejante atrocidad desde un punto de vista médico.