La Paraponera clavata, es una temible hormiga que vive en los bosques amazónicos, Costa Rica y Nicaragua, y que tiene la particularidad de poseer una picadura muy dolorosa, similar a lo que se siente al ser atravesado por una bala, pues produce un ardor casi paralizante. De ahí que a este insecto se le conozca también por el sobrenombre de hormiga bala.
El dolor que inflige, y que tarda unas 24 horas en desaparecer completamente, es producido por un péptido neurotóxico, que son moléculas venenosas que invaden el sistema nervioso, y pueden incluso ocasionar la muerte a un ser humano, por medio de una reacción alérgica severa o shock anafiláctico. Como la que estuvo a punto de matar a un investigador, que tras ser picado por la hormiga, estuvo enfermo durante 18 días.
Justin Schmidt, entomólogo que cuantificó el grado de dolor de las picaduras de los insectos, creó una escala, llamada Justin Schmidt Pain Index. Ordenó las picaduras de 1 a 4 según la magnitud de dolor que ocasionaban, así, por ejemplo, a la avispa común, le otorgó por su aguijonazo un punto, y a la abeja africana le dio 2. A la picadura de la hormiga bala, la puntuación fue máxima: 4, convirtiéndose de este modo, en una de las picaduras más dolorosas del mundo.