La paradoja de Teseo surge de la discusión sobre si un objeto sigue siendo el mismo, después de que se le sustituyan todas sus partes. Se relaciona con Teseo, el mítico rey de Atenas, porque los filósofos griegos utilizaban su barco como ejemplo, el cuál era tan antiguo y había sufrido tantos reemplazos de sus tablas, que ya no mantenía ninguna pieza original.
La pregunta entonces es: si se han sustituido todas las partes del barco de Teseo, ¿estaríamos en presencia del mismo barco o se debe considerar que es uno nuevo?. Y si es nuevo, ¿en qué momento se convirtió en nuevo?. Y aún peor, si se hubiesen guardado todas las partes que se han ido retirando, y con ellas se montase un barco, ¿cuál de los dos sería ahora el barco original?
Pero olvidemos ahora el barco y veamos un ejemplo más cercano. Se ha comprobado que el cuerpo humano reemplaza la gran mayoría de sus células en menos de 7 años, y aquellas células que no se reemplazan por completo (como las neuronas), sí sustituyen sus componentes básicos en tiempos semejantes. Esto hace que nuestro propio cuerpo esté sometido a la paradoja de Teseo.
¿Somos los mismos que hace 7 años?