El agua tiene una extraña propiedad que comparte con otras pocas sustancias como el galio, bismuto, ácido acético, antimonio o el silicio. La propiedad consiste en que al congelarse aumenta su tamaño, mientras que lo normal es lo contrario. El agua, aumenta casi un 9% su volumen en estado sólido y por lo tanto disminuye su densidad. Y cuando algo tiene menos densidad que el líquido donde está sumergido, entonces flota… y por eso el hielo flota.
Lo importante de este dato, es que la vida no habría existido en nuestro planeta de no haber sido así, y la explicación es muy sencilla.
Si el aire sobre un lago está muy frio, el agua empezará a congelarse, y los cristales de hielo quedarán flotando y creando una capa helada en la superficie que contribuirá a aislar el resto del líquido y preservando la vida debajo. Pero si el hielo no flotase, el lago empezaría a helarse desde el fondo y acabaría formando un bloque de hielo, que mataría a toda criatura acuática.