Son mundialmente famosas dos industrias del cine: la indú de Bollywood y la americana de Hollywood, pero no tanto la que se hace en Nigeria, llamada Nollywood.
El fenómeno de Nollywood se produjo cuando los productores de las películas, vendedores de electrodomésticos en su mayoría, las regalaban a los clientes junto a los televisores y videos que acababan de comprar.
La meca del cine nigeriano factura más de 1200 películas al año con un presupuesto medio de 7000 euros. Es la segunda en cuanto a producción, por detrás de Bollywood. En 13 años de existencia han realizado más de 7000 títulos. Las películas se comercializan por 2 ó 3 dolares por toda África, teniendo gran éxito de ventas.
Quizás no descubrimos nada si decimos que las películas de Nollywood son de ínfima calidad, donde actuan actores amateur, con un presupuesto reducido y grandes limitaciones de rodaje, y donde se suceden historias muy manidas, melodramáticas al estilo de las telenovelas o un humor muy básico y a veces ridículo; también con sentido moralista cristiano: como aquellas películas producidas por pastores evangélicos que avisan del peligro del demonio. Pero todas obedecen a un mercado que las demanda entusiasmado, creando todo un fenómeno de entretenimiento en el continente africano.