La claqueta es uno de los símbolos más representativos del cine. Consiste básicamente en una pizarra, donde se anotan todos los datos de la escena que va a filmarse, y una barra de madera unida con una bisagra. Cuando se empieza a grabar, la claqueta se muestra a la cámara antes de que comience la acción, y se abre y se cierra con fuerza para producir el característico sonido: «clac«.
El motivo de esta práctica, hay que buscarlo en los años 20, cuando empezaron a grabarse las primeras películas sonoras. Se observó que cuando se hacía el montaje, era frecuente que aparecieran problemas de sincronización entre la imagen y el sonido, algo conocido como lip-flap. Este fallo era totalmente inaceptable, porque cualquier espectador lo podía detectar, por muy poco que supiese de cine.
El director australiano Frank Thring, solucionó el problema usando dos tablillas que golpeaba al principio de cada escena, de manera que en el montaje, era relativamente fácil hacer coincidir la imagen del golpe, con el sonido que producían, y así evitar la des-sincronización. Más tarde, fue un ingeniero de sonido, llamado Leon M. Leon, a quien se le ocurrió unirlo a una pizarra para crear la claqueta tal y como la conocemos hoy en día.