Jock, el eterno gato de Winston Churchill

Jock, el eterno gato de Winston Churchill

El que fuera Primer Ministro británico durante la difícil época de la Segunda Guerra MundialWinston Churchill, era un gran amante de los animales y, en especial, se sentía fascinado por los gatos. De ellos dijo una vez: «Los perros nos miran como sus dioses, los caballos como sus iguales, pero los gatos nos miran como sus súbditos.»

Durante su vida siempre estuvo acompañado por gatos como Blackie, Bob, Don Gato, Margate, Nelson, Tango y Jock. Este último, era su preferido y fue el que le acompañó hasta su muerte. Era tal el amor que sentía por él, que durante la guerra, Churchill, siempre estaba preocupado de que en algún bombardeo su gato Jock sufriese algún daño, así que lo llevaba a todos lados, incluidas las reuniones del Consejo de Guerra. En su lecho de muerte, su gato estuvo con él en todo momento, hasta que un día se levantó, salió de la habitación y horas más tarde murió su amigo.

Churchill vivió la mayor parte de su vida en la lujosa mansión Chartwell, pero cuando terminó su mandato se vio incapaz de seguir pagando los costes de la casa y decidió venderla. Dice mucho sobre su honradez, que a pesar de haber sido Primer Ministro, no se enriqueciera con ello, y como agradecimiento a esta integridad y a su labor contra el nazismo, un grupo de aristócratas ingleses le compraron la casa y le permitieron vivir en ella por un módico alquiler.

Cuando murió, en su última voluntad, pidió que su gato Jock pudiese seguir viviendo allí. Pero, es más, pidió que siempre hubiera un gato color canela que se llamase Jock y que fuese tratado con todas las comodidades. Y así ha sido desde entonces, en estos momentos, en Chartwell vive el cuarto gato: Jock IV.

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