El año 1816 se recordará como el año sin verano. La erupciones del volcán Tambora en abril de ese año arrojaron más de un millón de toneladas de polvo a la atmósfera provocando un brusco descenso de las temperaturas, lluvias torrenciales y nieve en zonas cercanas al ecuador. La alteración del clima en todo el mundo fue tan severa que en julio y agosto, en algunas zonas templadas del planeta, se observaron placas de hielo en ríos y las temperaturas oscilaron de 35 ºC a 0ºC. Fue especialmente duro en el norte de Europa y el nordeste de Estados Unidos, originando pérdidas incalculables en la cosecha de invierno.
Curiosamente esto agudizó el ingenio de algunos. Por ejemplo a Karl Drais que para transportar el alimento y sin usar caballos, ya que estos morían al no haber avena para ellos, inventó la dresina, el origen de la bicicleta.