
A finales de 1944 y principios del año 1945, el avance del Ejército Rojo Soviético asfixia a las tropas alemanas cada vez más, queda poco para que finalice la II Guerra Mundial. Es entonces cuando el bando alemán, en franca retirada, esconde en un complejo sistema de túneles situados entre la frontera de Polonia y la República Checa, un tren de más de ciento cincuenta metros de largo (otros dicen entre 120 y 150 metros) cargado con más de trescientas toneladas de riquezas. Además, se especula que si fue enterrado podría existir una alta concentración de gas metano, con el consecuente riesgo de explosión.
La leyenda concreta que, ante los avances del enemigo, las autoridades nacionalsocialistas de la capital de Silesia, Wroclaw (entonces, Breslau), requisaron todo el oro de la ciudad, lo cargaron en un convoy blindado -junto a piedras preciosas y documentos secretos, según algunos relatos- y lo enviaron rumbo oeste, hacia las zonas aún seguras del III Reich.
La controversia está servida, ya que historiadores, geólogos (de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Cracovia) y expertos en excavaciones siempre han dicho que no existe tal tren enterrado debajo del suelo polaco, pero hay quien ha opinado lo contrario. El vicealcalde de la ciudad de Walbrzych, lugar en el que se encontraría, hace pocos años ha manifestado que está allí seguro, incluso el entonces ministro polaco tenía la certeza al 99%. A ellos se sumaron dos historiadores y aficionados entusiastas de los tesoros ocultos, Koper y Richter –seguro de su existencia al 95%-, que emprendieron con un equipo de más de setenta personas las excavaciones en 2016 hacia el kilómetro sesenta y cinco con el compromiso por parte de las autoridades de recibir el 10% del botín. Aportaron además una imagen obtenida por su georradar KS700, en la que se podía intuir una figura alargada que sería el tren. Pero la búsqueda semanas después resultó infructuosa, vencido Richter por los gastos que tenían que soportar, sumada la impaciencia y según él las imprecisiones en la excavación.
Aún hay dudas de la existencia del tesoro, por un lado unos mantienen que es válido el testimonio del minero polaco Tadeusz Slowikowski, que sostenía que el tren desapareció cerca del castillo medieval de Ksiaz, a unos tres kilómetros de Walbrzych. Otros recuerdan al empresario Posibirski, que aseguró haber visto un documento que situaba el escondite del convoy en las colinas junto a la ciudad de Piechowice.
Otra razón que no descarta su existencia es el gran proyecto megalómano de Hitler que contaba con multitud de amplios túneles fortificados por los que podría circular un tren pero los historiadores no saben qué quería el Führer levantar en la zona porque la documentación fue destruida.
¿Crees que existe o ya hay pruebas suficientes para pensar que no?