El tiburón cigarro (Isistius brasiliensis) también llamado cortador de galletas, es uno de los tiburones de menor tamaño que existen en el mundo, ya que mide entre 10 y 50 cm de longitud, pero lo más curioso de este extraño ser es que ataca a animales mucho más grandes que él, e incluso a barcos o submarinos nucleares.
Famoso por sus feroces ataques, el tiburón cigarro forma una ventosa con la boca para agarrarse a su presa y con sus dientes superiores, que son pequeños y puntiagudos, desgarra la piel de la víctima. Sus dientes inferiores que son muy afilados, pueden cortar trozos de carne. ¿Pero por qué tiburón cigarro? Pues porque después del ataque, la presa queda con una marca en su piel de unos 5 cm de diámetro, casi circular, como si alguien le hubiera apagado un cigarro en la piel.
Todos estos ataques suponen un gran desgaste para los dientes del animal, que como ocurre con otras especies de tiburones debe mudar con cierta regularidad, reemplazando toda su dentadura inferior de golpe. Por lo que se piensa que el tiburón cigarro se traga sus antiguos dientes, lo que le permitiría además reciclar el calcio que contienen.
Debido a su pequeño tamaño, no es considerado peligroso para los humanos, aunque durante el año nadadores o buzos sufren los ataques del escualo. Además durante los años 70, varios submarinos nucleares estadounidenses sufrieron mordiscos en la cubierta. Esto provocó fugas de aceite que impedían que navegara. La marina americana pensó que podían estar siendo atacados por una nueva y rara arma enemiga, hasta que descubrieron que era este tiburón el causante de las mordeduras.
Años más tardes, algunos submarinos americanos fueron también dañados por mordiscos de tiburones cigarro, especialmente los cables eléctricos de goma de la cubierta, pues parece que atraen a este extraño animal.
¿Alguna vez has visto un tiburón cigarro y has vivido para contarlo? ¿Qué opinas?