
El juramento a la bandera o juramento de lealtad, es una ceremonia estadounidense en la que se realiza la lectura en voz alta de un pequeño texto acompañada de un saludo. Hoy día este saludo consiste en poner la mano sobre el corazón, pero anteriormente no era muy diferente al saludo fascista.
En 1892, se puso por primera vez en práctica el nuevo saludo a la bandera que el ministro Francis Julius Bellamy había propuesto. Describió todos los pasos que debían llevarse a cabo durante el acontecimiento y explicaba que, llegado el momento, todos los asistentes debían extender el brazo hacia la bandera con la palma de la mano hacia abajo, formando una línea cercana a la frente. En ese momento se recitarían las palabras del juramento: «Juro lealtad a mi bandera y la república que representa; una nación indivisible, con libertad y justicia para todos.»
Aunque este saludo se conoce como saludo Bellamy por ser quien lo instauró, no fue él quien lo inventó. Su inventor fue James B. Upham, un editor de la revista juvenil The Youth’s Companion, que curiosamente había incluido un pequeño golpe con los talones al levantar la mano.
Durante la década de los 20 y los 30, los fascistas italianos empezaron a usar el antiguo saludo romano, como símbolo de su ideología, que comparaban con el antiguo modelo romano. Y poco después, los nazis lo copiaron (o adaptaron), con lo que el gesto acabó identificándose mundialmente con la cultura fascista.
En 1942, después de varios malentendidos en los que algunos americanos fueron acusados de ser fascistas por hacer el saludo Bellamy, el tema se llevó al congreso y se cambió. Desde entonces, el saludo a la bandera se hace con la mano en el corazón, pero nos quedan las fotos del antiguo saludo, que hay que reconocer que resultan curiosas.
¿Conocías este saludo? ¿Sabrías diferenciar entre el Bellamy y el fascista?