Un empresario austriaco llamado Dietrich Mateschitz y su reciéntemente fallecido socio tailandés, Chaleo Yoovidhya, idearon a mediados de los años 80 una fórmula que según ellos reducía los efectos del jet lag y que podía ayudar a la gente a mantenerse despierta durante muchas horas, gracias a sus componentes ricos en taurina, pirodixina, niacina, ácido pantoténico y sin usar apenas cafeína.
Esta formula originó la bebida energética Red Bull y su posterior comercialización como bebida revitalizante, hizo millonarios a los empresarios. Pero más tarde comenzaron a circular, informaciones maliciosas del presunto efecto pernicioso de esta bebida para el ser humano. Incluso se utilizó el nombre de un médico, la doctora Casilda Rodríguez Fernández para legitimar lo que esta bebida provocaba. Lo que ocurrió es que este médico, que era veterinario, negaba categóricamente haber afirmado tal cosa. Denunció que habían usurpado su identidad para tal fin.
En la actualidad no ha sido comprobado sus supuestos efectos contraproducentes ni se conoce ningún caso de muerte por su consumo.