Fue creado accidentalemente por el americano Spencer Silver en 1968, estas hojas de papel adhesivo usada como notas recordatorio.
Pero lo más curioso del invento es que cómo se llega a idear. Silver trabajaba en una empresa relacionada con la industria gráfica, llamada 3M (hoy millonaria multinacional). Estaba investigando un adhesivo potente, pero tras un descuido no introdujo el suficiente pegamento al producto y no sirvió. Pero la mercancía se guardó. Otro operario de la empresa, Art Fry, muy religioso, tenía un libro de salmos donde clasificaba con papelitos sus pasajes favoritos. Pero se le caían. Entonces se le encendió la bombilla y recordó aquel pegamento de Silver que no había sido útil pero que quizás sirviera en este papel adhesivo como separarador en las hojas de su libro. Y así fue.
Es un caso de serendipia, que es un hallazo casual, una coincidencia afortunada.