Una de las partes preferidas para los niños en la noche de Halloween, es el llamado «truco o trato» o en inglés «trick-or-treat«, que consiste en ir disfrazados a llamar a las puertas de los vecinos para pedir caramelos bajo la amenaza de hacer alguna travesura. Estas travesuras suelen consistir en lanzar huevos a la casa, poner espuma de afeitar en la puerta o decorar el jardín con papel higiénico.
La historia proviene de que el espíritu del malvado Jack el tacaño, después de ser condenado a vagar por el mundo por toda la eternidad, iba en busca de gente para pedirle que hicieran cosas por él, o de lo contrario maldeciría su casa, de ahí que hubiese que hacer el pacto fuese cual fuese. Si se quería evitar que este espectro apareciese a pedir algo, se colocaban en la casa calabazas talladas con caras grotescas para espantarlo.
Queda decir que el nombre original es el anglosajón «trick-or-treat» que tiene una cierta sonoridad que no se ha conseguido trasladar al castellano ni con «truco o trato«, ni «dulce o truco«, o «chuche o chasco«. Es por eso que se diga de tantas formas distintas.