El higo chumbo recibe muchos nombres en España mientras que en Hispanoamérica, con origen en México, se conoce como tuna y su planta como nopal. Este fruto que en el mediterráneo recuerda al verano, tiene más de 9 mil años de antigüedad según demostró Callen en 1995. Ha sido valorado siempre por sus propiedades medicinales, no sólo el fruto también las pencas que ayudaban a calmar dolores.
Con la llegada de los españoles a México fue uno de los primeros productos que se importó, estableciéndose en todo el Mediterráneo a partir del siglo XVI. Con la expulsión de los moriscos, fue llevada esta planta hasta el norte de África y con las travesías del siglo XVIII llegaría a todo el mundo. En este ambiente marinero se asoció el fruto por su forma a los chumbos, que eran piezas de plomo que rodeaban las redes de pesca.
La leyenda cuenta, anotada en diversos códices precolombinos, que el nacimiento de México fue en 1325, cuando los antepasados de los aztecas recibieron una señal de su dios Huitzilopochtli para establecerse en ese lugar, al que llegaron tras un largo peregrinaje. Esa señal fue un águila que devoró a una serpiente sobre una chumbera, por eso se llamó a la ciudad Tenochtitlan que significa “lugar de tunas sobre piedra”.