En 1958, un chico ciego llamado Joe Engressia, estaba trasteando con el teléfono cuando se dió cuenta de que al silbar cierta nota, se cortaba la llamada. De esta forma sin saberlo había abierto las puertas a una rama del hacking orientada a la telefonía, que se llamaría phreaking.
En esa época, la compañía telefónica americana Bell, basaba su sistema de ruteo de llamadas en tonos de distintas frecuencias, y Joe acababa de descubrir que 2600Hz era justo la nota clave para hacer que el terminal aceptase órdenes. Gracias a esto se podía llamar gratis, pero el verdadero objetivo era investigar.
Joe «el silbador» introdujo en el phreaking a John Draper, que acabó convirtiendose en una leyenda para los hackers. El apodo de John era «Capitán Crunch» ya que en vez de silbar, utilizaba un silbato que venía de regalo en las cajas de cereales de esa marca y que casualmente emitía la frecuencia 2600Hz.
Ni que decir tiene que los silbatos del Capitán Crunch se convirtieron en un objeto de culto.