En 1980, el profesor de psicología, Peter Thompson, de la Universidad de York, estaba investigando sobre la percepción facial en humanos. Existen experimentos que demuestran que el mecanismo para diferenciar entre distintos rostros humanos, no se basa simplemente en la configuración de los rasgos, sino que el cerebro detecta ciertos detalles sutiles que nos ayudan en el proceso.
Este mecanismo parece perder toda su eficacia cuando la imagen se encuentra al revés, de manera que nos resulta más difícil el reconocimiento. Para poner de manifiesto esta teoría y experimentar más profundamente. Cogió una imagen de Margaret Thatcher, que por entonces era la primera ministra del Reino Unido, y la puso cabeza abajo, pero manteniendo los ojos y la boca sin girar.
El resultado es una imagen que no parece tener nada de extraño, pero al ponerla del derecho otra vez, lo que vemos es una «criatura horrenda». Este efecto, llamado efecto Thatcher por ser la primera persona sobre la que se usó, ha llegado a hacerse muy famoso, generalmente en imágenes con títulos como «¿Te parece guapa esta mujer? pues dale la vuelta a la foto«. Aquí unos ejemplos.