El efecto mariposa

El efecto mariposa

Que el ser humano tiende a simplificar siempre ha sido un axioma. Y si lo hace con cuestiones complejas parece casi deseable o al menos lógico. Pero simplificar conduce, casi siempre, al error, esto ha ocurrido con el llamado efecto mariposa.

A fuerza de repetir una frase, breve y fácil, ha quedado en la reciente cultura popular que el aleteo de una mariposa en un extremo del mundo puede provocar un tornado en el otro. O lo que es lo mismo que un hecho insignificante en un punto puede causar catástrofes en otro y este origen puede ser rastreable. Pero Edward Lorenz, meteorólogo y matemático americano, en 1961, no quiso decir esto en su ensayo de 1972 Predicciones: ¿Puede el aleteo de una mariposa causar un tornado en Texas?”. Lo que quiso realmente decir Lorenz y así lo corrobora Peter Dizikes en un su artículo sobre este mito, es que realmente no se puede predecir los efectos. Es muy  difícil calcular patrones de la naturaleza con certeza. Por otro lado, hay muchas mariposas y ese tornado en Texas puede ser causado por una mariposa en cualquier parte del mundo, sin necesidad de que sea en el extremo opuesto.

Otro de los descubrimientos de Lorenz fue que incluso en modelos de sistemas físicos con pocas variables conocidas con precisión, – un gas encerrado en un recipiente- puede producir innumerables efectos impredecibles e irrepetibles.

La obsesión del ser humano por intentar explicar lo inexplicable le ha llevado a realizar películas como El efecto mariposa, de 2004, donde el protagonista logra rastrear en su pasado el origen de su fatal presente y cambiarlo. Pero como ya se ha dicho es imposible, la aleatoriedad de los actos alcanza de lleno nuestra vida, por mucho que sea nuestra e incluso hayamos decidido esos actos, porque sin saberlo hemos tomado la decisión, nos han influido, etc. en otros tantos incontables.

¿Sabías que esto del efecto mariposa ya aparecía en un proverbio chino?