La Puerta del Sol es quizás, el lugar más emblemático de Madrid. Allí se encuentra la Real Casa de Correos, el edificio más antiguo de la plaza y sobre el cuál se encuentra el reloj de torre, donde cada 31 de diciembre se celebran las campanadas de fin de año.
Sobre este edificio, existe una leyenda que cuenta que en 1768 durante su construcción, el diablo se apareció a los trabajadores reclamando el edificio en nombre del infierno. Los albañiles atemorizados tuvieron que recurrir a un sacerdote para que bendijese el edificio y estuviese presente durante todo el tiempo que duró la obra.
Pero esta no fue la única vez que el diablo tuvo relación con este edificio. Durante la ocupación francesa de 1808, unos soldados y su capitan, se refugiaron en el edificio. Cuando los madrileños se enteraron, los rodearon, y aunque los soldados escaparon, el capitán no consiguió salir. Lo acorralaron llegando incluso a desmontar la maquinaria del reloj para atraparlo, dejando al oficial una única posibilidad: pactar con el diablo para salvar su vida. Cuando por fin lo encontraron, lo único que había allí, fue un ratón. ¿Se había convertido en ratón? muchos creyeron que sí.