Una de las labores que parece que les gusta hacer a los extraterrestres cuando nos visitan, es molestar al ganado. No está claro el motivo por el que lo hacen: investigación, alimentación, placer… Pero los casos de animales que aparecen sin sangre, sin piel, sin alguna extremidad o sin cabeza, se multiplican en las comisarías americanas.
El primero, y el que dió origen al mito de la mutilación de ganado, fue un caballo de 3 años al que los periodistas llamaron Snippy, a pesar de que era una yegua y se llamaba Lady. En 1967, el animal apareció en su rancho de San Luis (Colorado) con un corte limpio alrededor del cuello y sin piel ni carne de ahí hacia arriba. No se encontraron manchas de sangre alrededor, y lo extraño del caso hizo sospechar a su dueña, Nellie Lewis, que habían sido los alienígenas, ya que en las últimas noches se habían visto luces extrañas en el cielo. Tras hacerse famoso, aparecieron muchos otros casos similares, e incluso hoy en día continúan.
La que no fue tan famosa, fue la explicación del veterinario Wallace Leary, que descubrió dos disparos en el cuerpo del caballo y explicó cómo un caballo asustado y herido, podría hacerse un corte limpio con el alambre del cercado y después ser devorado parcialmente por carroñeros.