30 y 31 de febrero

Que te digan «el 30 de febrero» parece un sinónimo de «cuando las ranas críen pelo«, pero no hay que desanimarse, porque la fecha de 30 de febrero se ha dado en la historia hasta 3 veces en determinados países.

En Suecia, el año 1712 tuvo dos días bisiestos (29 y 30) en febrero para acabar con el tremendo desbarajuste que se había armado con la adopción del calendario juliano.

Los otros dos «30 de febrero«, corresponden a la Unión Soviética, que en 1929 estableció un calendario revolucionario en el que todos los meses tenían 30 días (incluido por lo tanto febrero) y los 5 o 6 días que sobraban al año eran fiesta. Este calendario solo funcionó un par de años, pero lo suficiente para que 1930 y 1931 contasen con un 30 de febrero.

Bueno, ¿y qué hay del 31 de febrero? pues ese sí que es sinónimo de «cuando las ranas críen pelo«. Se usa como fecha falsa a efectos de ejemplo, cuando se quiere dejar claro que la información es ficticia, como ocurre con el nombre Fulanito.